La alcaldesa de Palma, Aina Calvo, llegó al poder gracias a los votos comprados por Unió Mallorquina. El propio PSOE denunció la trama antes de las elecciones, pero se aprovechó de los votos de los nacionalistas para llegar al poder. El tiempo ha demostrado que fue así. Tras los últimos episodios, Calvo ha dicho que, pase lo que pase, no volvería a pactar con UM, incluso si le hiciesen falta sus votos para repetir como alcaldesa. A Calvo le ha dado un arranque de dignidad cuando faltan menos de tres meses para las elecciones, lo que es positivo aunque llega tarde. PP y PSOE deberían haberse puesto de acuerdo hace mucho tiempo respecto a UM. Los dos partidos mayoritarios deberían hacer pactado que no utilizarían los votos de los nacionalistas para llegar al poder, pero los socialistas siempre han corrido a los brazos de UM cuando lo han necesitado. Hace un año, el PSOE rompió con UM por los casos de corrupción. Sin embargo, días después Antich y el resto de diputados socialistas llegaban a un acuerdo con UM para configurar la Mesa del Parlament. Si lo que el PSOE quiere ahora es no contar con UM de cara al futuro, lo que está diciendo es que permitirá que gobierne la lista más votada, que previsiblemente será el PP. No sé, pero no acabo de creerme el cambio de estrategia de Calvo y compañía.





