Desde hace unos años estudio ruso en la escuela oficial de idiomas de Palma. El año pasado no me matriculé, debido, sobre todo, a que las clases eran telemáticas por la pandemia de covid 19 y no me gustan las clases a distancia y, además, mi conexión de internet en Lloret es bastante deficiente, lo que aun complica más la interacción informática.
Para este curso 21-22 estuve esperando a saber si las clases iban a ser presenciales, y cuando lo confirmé decidí matricularme, lo que ha resultado ser toda una odisea informático-burocrática.
En primer lugar, me encontré con que tenía que preinscribirme al no haber estado matriculado el curso pasado. Para esta preinscripción en el nivel que me corresponde había que adjuntar algunos datos, entre ellos un certificado de mi historial de la propia escuela, a fin de poder apuntarme en el curso que me correspondía. Sinceramente, no entiendo por qué es necesario presentar un certificado de estudios de la propia escuela, cuando ellos ya tienen el historial completo y pueden saber automáticamente cuál es mi último nivel aprobado.
Todo el proceso posterior de matriculación se debe hacer telemático, lo que es una imposición inaceptable. Para ello es necesario disponer de un ordenador, o de un teléfono móvil y de internet, y de una tarjeta de crédito para pagar, como mínimo, uno de los conceptos de la matrícula.
Los ciudadanos, al menos de momento, no tenemos ninguna obligación de tener ordenador, ni teléfono móvil, ni internet, ni tarjeta de crédito, pero si quieres matricularte para estudiar en la eoi, no hay alternativa. No sé si eso es así también en la universidad de las islas y en otros niveles del sistema educativo, pero está claro que es una discriminación y que dificulta el acceso a la enseñanza superior a los estudiantes de menor poder adquisitivo.
Una cosa es ofrecer la alternativa de la inscripción y el pago electrónicos y otra muy diferente es que no haya alternativa. El viejo sistema de rellenado manual de impresos y de entrega presencial en la secretaría de la escuela debería seguir estando a disposición de todos aquellos para los que sea más cómodo, o que simplemente no dispongan de los recursos informáticos necesarios.



