Eso es lo que vivieron los voluntarios animalistas que desde Mallorca viajaron, el pasado 14 de septiembre, hasta Tordesillas para manifestarse en contra de la terrible y cruel tradición del Toro de la Vega.
No lo digo yo, ni siquiera ellos… lo dice un vídeo que circula en las redes sociales. Un video muy duro que demuestra con imágenes y con audio cómo los habitantes de Tordesillas, aquellos que están a favor de matar a un toro a base de clavarle lanzas, insultan e intentan que los anti Toro de la Vega sean atropellados y embestidos por Rompesuelas.
Tanto es así, que los propios voluntarios, con los que he tenido el honor de hablar, me han confirmado que pasaron “auténtico pánico”. “Había momentos en que creíamos que el toro nos llevaba por delante” dicen.
El pobre animal, cuentan, “no embestía ni atacaba, pero huía despavorido a toda velocidad” de las miles de personas que con garrotes y lanzan le pegaban una paliza de muerte por el simple hecho de cumplir con la tradición. ¿Acaso no estarían acojonados ustedes si, de repente, se vieran acorralados y perseguidos por un grupo importante de energúmenos cuyo único objetivo es hacerte daño y, peor aún, disfrutar con ello? Yo sí.
Mientras los mallorquines, y otras cientos de personas procedentes de toda España, intentaban protegerse del toro (al que por cierto soltaron sin previo aviso siendo, no sólo un peligro, sino un incumplimiento de la normativa del torneo), los habitantes de Tordesillas allí presentes gritaban “no les dejéis subir”, “oléis a perro mojado” o “¿no queríais toro, pues tomad toro?”… En fin, sobran las explicaciones…
Vuelvo a lo mismo de siempre… No es una cuestión de que te gusten los animales, es una cuestión de ser civilizados… ¡¡¡Es una cuestión de no disfrutar con el sufrimiento ni el dolor ajeno por muy tradición que sea!!!! Es una cuestión, desde mi punto de vista, de ser, o no, buenas personas. Y sí, para mi todos los que están a favor del Toro de la Vega son malas personas por decir algo suave. Si alguien se siente ofendido que se lo haga mirar. “Quien se pica, ajos come”.