La Sociedad Española de Contracepción (SEC) y su Fundación han rechazado las acusaciones formuladas por la Organización Médica Colegial y puntualizado que la sociedad “ha participado y participa en todas aquellas campañas de promoción de la salud sexual y reproductiva de la población española que reúnan los criterios de rigor científico exigidos por nuestra Sociedad, especialmente si afectan a los sectores más sensibles como los adolescentes o los más jóvenes, de acuerdo a los objetivos definidos en sus estatutos, legalmente aprobados”. “En dicho marco se inscribe la campaña de la píldora del día anterior que, de forma ingeniosa, pretende hacer hincapié en la necesidad de formación y educación sexual para el ejercicio responsable de la sexualidad, sin los riesgos aparejados de embarazo no deseado e infecciones de transmisión sexual (ITS), señalan. “La campaña pretende la formación y la actuación responsable “antes del riesgo”, siendo justamente su objetivo minimizar el consumo de la píldora post-coital, reservada para aquellos casos en los que no existe protección anticonceptiva o esta es defectuosa; dichos casos, con la formación adecuada de la campaña, se pretende que sean mínimos”, reiteran, por lo que “nada más lejos que la intención de preconizar el uso de la píldora post-coital de forma sistemática”. La SEC insiste en que la disminución de los embarazos no deseados y de las infecciones de transmisión sexual (ITS), “en contra de lo afirmado en el informe, es el objetivo de la campaña, en base a la formación y educación sexual. No parece sensato acusar a una campaña de pretender justamente lo contrario de su finalidad. Es como si a una campaña de promoción de la dieta sana se le acusara de intentar vender hipolipemiantes”. “El carácter holístico de la sexualidad es el que siempre ha defendido la SEC, totalmente alejado de la presunta incitación a una sexualidad mecanicista, solo genital o sin educación en los afectos que, según el informe, propugna la SEC. En todas y cada una de sus manifestaciones, ese ha sido el concepto defendido, por lo que no se entiende la atribución de otro diferente. Caso de existir, sería bueno que se presentaran las pruebas más que las insinuaciones o suposiciones”, prosigue. En cuanto a la presencia del laboratorio farmacéutico Chiesi que comercializa una de las píldoras post-coitales disponibles en el mercado español en la campaña, “está en línea con el objetivo de mejorar el conocimiento de la difusión de la educación en sexualidad y anticoncepción y no en la presunta finalidad comercial que se le atribuye, equivocadamente, a esta campaña que busca, justamente, el que la población no tenga que llegar, salvo en casos excepcionales, a la necesidad de dicha anticoncepción de segunda oportunidad”. Por lo que respecta al ánimo de lucro, deja claro que “es incompatible con lo dispuesto en los Estatutos tanto de la Sociedad Española de Contracepción como de su Fundación y su atribución parece capciosa en el apoyo a una campaña de formación sexual de los jóvenes, salvo que en lo que no se coincida sea en los postulados de libertad, libre decisión formada y responsabilidad en la sexualidad que defiende esta campaña y la SEC”. “El rigor científico, racionalidad, espíritu de cooperación, sentido de servicio a los pacientes y responsabilidad ante la sociedad exigidos en la ‘ética de la relación profesional del médico con la industria farmacéutica y las empresas sanitarias’ de la Declaración de la Comisión Central de Deontología, son exactamente los motores de la presente colaboración, al tratarse de una campaña que puede suponer un enorme beneficio para la sociedad en su conjunto, al evitar las consecuencias de una sexualidad sin protección anticonceptiva o frente a las ITS”, argumentan. Y es que, “campañas similares se han realizado en otros países de sanidad avanzada, con resultado satisfactorio. La difusión y el conocimiento riguroso de anticoncepción y sexualidad puede ayudar a la práctica responsable de la misma. Su ocultamiento o negación, tiene el efecto contrario, como se ha demostrado en múltiples ocasiones”. Ante la supuesta irresponsabilidad por el fomento de un medicamento como la píldora de anticoncepción de urgencia, “afirmamos, como siempre hemos hecho, que se trata de un anticonceptivo para usar en casos de urgencia (no uso de método o uso defectuoso en una relación sexual con penetración), cuyo mecanismo de acción es el retraso o impedimento de la ovulación (según las evidencias científicas que han asumido las entidades sanitarias mundiales de mayor prestigio en la materia – FIGO, ACOG, OMS-) y con efectos secundarios menores y autolimitados; prueba de ello es la ausencia de comunicación de efectos adversos graves a pesar del incremento en las ventas en nuestro país. Dicho incremento, aparece con cifras irreales e hipertrofiadas en el informe comentado”. En lo que hace referencia a las características de la campaña, el reclamo utilizado y todas las informaciones que acompañan al envase, “dejan meridianamente claro que no se trata de un medicamento y que pretende el incremento del conocimiento, fundamentalmente, de los jóvenes. Su ingestión es inocua (es chocolate) y la forma de distribución, con la suficiente cobertura como para dejar clara su finalidad”. “La página web de la campaña, aun siendo dependiente de Chiesi, está alejada de cualquier promoción comercial y tan solo recoge aspectos formativos de sexualidad y anticoncepción, con textos corregidos y revisados por la SEC, para vigilar su rigor científico a la luz de la evidencia médica”, insisten. Por todo ello, manifestan “su más firme repulsa al informe emitido, que refleja un posicionamiento ideológico más que ético o científico ante la anticoncepción mediante la píldora de urgencia y ante las campañas de formación en sexualidad y anticoncepción. Aún respetando la ideología y el posicionamiento personal, no creemos que una entidad que dice representar a todos los médicos deba adoptar posturas parciales y de marcado carácter ideológico sin considerar la evidencia científica. Entre otras cosas, dicha entidad también debiera representar a los médicos de sociedades científicas que pretenden el conocimiento y educación en sexualidad y no presuponer actitudes irregulares en los mismos, por no suscribir sus postulados y buscar la evidencia en sus afirmaciones”.




