Aena ha decidido eliminar los carros portaequipajes del Aeropuerto de Palma. Se trata de una decisión incomprensible, adoptada sin previo aviso y en vísperas de la Semana Santa, donde miles de pasajeros pasarán por las instalaciones que, con las obras a medias, ya presentan una imagen deplorable.
Los sindicatos han expresado su preocupación por los perjuicios que ocasiona esta medida, que supone un empeoramiento del servicio en un contexto ya complicado, debido a las obras en curso y la grave afectación que están teniendo en la operativa de Son Sant Joan.
La eliminación de los carros portaequipajes perjudica a los pasajeros, en especial aquellos que tienen dificultades para cargar por sí mismos sus pertenencias
La eliminación de los carros portaequipajes perjudica a los pasajeros, en especial aquellos que tienen dificultades para cargar por sí mismos sus pertenencias. Además, esta decisión se suma otros problemas en la gestión del aeropuerto, como la confusión generada por cambios en el aparcamiento, el cierre de la comisaría de la Policía Nacional, y la falta de personal para atender a los usuarios, singularmente a las personas con discapacidad o con movilidad reducida, que no pueden recorrer las enormes distancias que hay entre los mostradores de facturación y las puertas de embarque.
La percepción general es que Aena está tomando decisiones unilaterales sin calibrar adecuadamente las consecuencias que acarrearán a trabajadores y pasajeros. Y que no le importa en absoluto el servicio que se presta.
Es fundamental que la dirección del aeródromo tome conciencia de la precaria situación que generan las obras. Debe reevaluar sus decisiones y priorizar la atención a los usuarios y la comunicación de cualquier cambio a todas las partes involucradas. La eficiencia operativa y la satisfacción del usuario no deben sacrificarse en aras de la reducción de costes, algo que parece ser lo único que le interesa a la dirección del Aeropuerto de Palma y la propia Aena, una empresa pública con capital privado.
Las decisiones de Aena deberían mostrar cierta sensibilidad y un compromiso claro con la calidad del servicio y el bienestar de todos los que utilizan el aeropuerto de Palma, ya sean usuarios, ya sean trabajadores.
