Es muy probable que el domingo lluvioso de ayer fuera el primer día de la actual temporada en el que el mallorquinista se larga del estadio con la sensación de que este equipo está para cualquier cosa que se proponga. No tanto ya por el juego, en fases tan gris como la tarde, pero sí por el resultado, tan necesario ya a estas alturas. Al margen de una propuesta inicial algo confusa -curiosamente la lesión de Ximo dio con un Mallorca más simétrico-, el grupo de Oltra mostró virtudes desconocidas hasta hoy, como una pegada de libro, fiabilidad en el corazón de la defensa o un excelente juego por los flancos, con un Alex Moreno en órbita. Cierto es que hay jugadores fuera de foco como Kevin, Víctor o Thomas, más allá de su gol; pero también que hay otros que parecen listos para la fase que viene, la más excitante. Sin el ruido de las balas de la planta noble, con refuerzos oportunos como Cadamuro, sin la palabra destitución en el diccionario de la dirección deportiva, los rivales flojeando y con la grada respondiendo como ayer, el futuro del Mallorca parece mucho mejor. El ascenso empieza a jugarse desde ya. Esperemos que no sea demasiado tarde.
