El expresidente del Gobierno, Francesc Antich, desperdició ayer una fantástica oportunidad de estar callado. Aprovechando que su sucesor, José Ramón Bauzá, decidió el cierre de la mitad de las empresas públicas de Baleares, Antich habló para decir que el caos de las empresas públicas lo creó Matas y que lo deshace Bauzá. Magnífica oportunidad para callarse porque en medio hubo un tal Antich que cobró el sueldo de presidente. Un tal Antich que en varias ocasiones dijo a la prensa que tenía pensado cerrar una parte de las empresas públicas. Un tal Antich que empezó el mandato con las doscientas empresas que le dejó Matas y que lo acabó con las mismas 200 empresas. Un tal Antich que estuvo, pero no ejerció. Ustedes verán: sus palabras de ayer confirman a un brillante articulista de la prensa balear que suele afirmar que Antich va al Govern a cuidar el sitio hasta que vuelva el PP, lo cual hace con tanto esmero que más le valdría callar en un día como ayer, para que uno pueda conservar el respeto que se merece un senador.
