La todavía Unió Mallorquina lucha por su salvación, no está nada claro que puedan presentarse a las elecciones, pero Antich ya corre en auxilio de la nueva Convergència per les Illes Balears. Mientras Calvo decía el lunes que ella no volverá a pactar con UM o como se llame en el futuro, Antich ha dicho que él sí gobernaría con la formación que todavía preside Josep Melià. Antich confió primero en que la unión de UM y Font evitase la mayoría absoluta del PP. Ahora, desesperado, dice que volvería a pactar con Convergència per les Illes. A Antich le importa poco si sus antiguos socios tienen las cuentas corrientes embargadas y tampoco parece afectado por el hecho de haberse beneficiado de la compra de votos en las elecciones de 2007. Es sorprendente que el propio Antich criticara la posible compra de votos por parte de UM pocos días antes de las elecciones. Da igual. Lo importante para Antich ahora mismo es conseguir 30 diputados a partir de mayo para seguir en el poder, aunque me da la sensación de que ni así le bastará.
