Ustedes verán: yo me creo lo que dicen los políticos. El viernes pasado, por la noche, mientras estaba tirado en el 'areopuerto' (Matías Vallés le detectó al president su aportación al diccionario), escuché que Antich salió a dar la cara en el Consolat y dijo que estaba estudiando tomar medidas, dando a entender que tal vez iba a ir a los juzgados. Yo me quedé más ancho que un ocho. Oigan, que los demás no, pero mi president ahí está, rápido, ágil, impresionante. Es viernes de noche y el chico estudiando. Sentí orgullo, diga lo que diga el informe Pisa. Pero el lunes, para celebrar la Constitución, el president habló del control aéreo y, sorpresa, no nos dijo cómo iban los estudios. ¿Qué, ya llegamos a alguna conclusión o todavía no? Porque hasta Zapatero se nos ha adelantado. Ahora hasta los ciudadanos de a pie ya han visitado el juzgado de guardia. Aquí todo el mundo ha demandado y mi líder sigue estudiando. O se cansó, porque no nos dijo ni mu. Menos mal que yo ya me fui del 'areopuerto'. No vaya usted a pensar que nuestro líder iba de farol y no estaba estudiando nada. No, por Dios, no piensen eso. Es que en realidad, aquí somos de la idea de estudiar las cosas bien estudiadas. Miren ustedes lo de la Playa de Palma: un estudio cuidadoso; miren ustedes lo del Metro (esto no es de nuestro equipo, pero la escuela es la misma); miren lo del tren-tram que nos va a costar un ojo de la cara para ir vacío. Otra cosa no tendremos, pero lo que es estudiar, pues a tope.





