Fue un derbi marcado por la nula intensidad defensiva en los dos lados de la pista, dejando paso a que jugadores como McFadden, Littleson o Hollowell se encendieran desde el primer momento.
En un toma y daca de lanzamientos desde la larga distancia (56 triples intentados en total), fueron los menorquines quienes obtuvieron la primera ventaja gracias a ocho puntos tempraneros de un McFadden que poco tardó en aclimatarse a su nuevo equipo (20-25).
No se descolgaba el Palmer, y jugada a jugada fue recortando la diferencia hasta irse al descanso con un punto de ventaja (44-43) gracias al acierto de Ander Urdiain (11 puntos al descanso), muy enérgico desde su entrada a pista.
La dinámica cambió en el segundo tiempo, donde los mallorquines endosaron dos parciales (11-0 y 13-4) que les dieron una renta muy interesante (69-56) para afrontar el último periodo, dejando muy tocado a un Hestia Menorca perdido entre su indecisión en ataque y la falta de contundencia atrás.
Sin embargo, las tornas volvieron a girarse en un último periodo frenético. Se le apagaron las luces a Palmer, y el equipo de Javi Zamora desató todo su arsenal ofensivo para llegar a los minutos finales por delante en el marcador (77-78), aunque dicen que quien ríe último, ríe mejor.
Y ahí apareció Hansel Atencia, que había cuajado un gran partido pero se había perdido en el último periodo, para poner en bandeja con una penetración la primera victoria del curso para un Palmer que llegó a ver perdido el duelo.
Tuvo la última Spencer Littleson, pero tal y como le ocurrió a Jalen Cone contra el Fibwi Mallorca en el primer derbi, se resbaló y cerró un triunfo vital para Palmer Basket, que llegaba al choque sin estrenar su casillero de triunfos.








