Un comentarista de prensa afirmaba que, al final, Bauzà, el líder del PP, se ha ido saliendo con la suya y ha conformado una oferta política bastante aceptable, pese a las limitaciones que tenía. Es cierto que muchos medios han intentado meter el dedo en el ojo, diciendo que si tal queda fuera, que si cual va en el puesto treinta y tres, pero eso no ha podido servir para ocultar que Bauzà, que ha estado cogido por un hilo, ha logrado abrirse paso en la maraña de compromisos que tiene su partido. Efectivamente, puestos a exigir en abstracto, hay algunas cosas poco ejemplares. Pero, puestos a exigir en relación con lo que era posible, difícilmente se puede lograr una oferta más coherente: sin imputados, sin desaires, sin escándalos. Tal vez la crisis con Jaume Font sea lo más serio y, sobre esto, Bauzà tendrá que trabajar seriamente después de las elecciones. Sobre todo si Font no entra en la cámara.





