El hecho de que la intervención del president Bauzá en la convención popular de Valladolid se centre en educación y que ésta se haga prácticamente codo con codo con el ministro José Ignacio Wert, demuestra que lo que más valora la cúpula de este partido del jefe del Ejecutivo balear es un postura beligerante en esta materia, con su apuesta por el trilingüismo y por impulsar la despolitización de los centros públicos mediante la Ley de Símbolos. Pero lo que en principio han sido buenas intenciones de Bauzá, enraizadas en la ideología del PP, se han convertido en la práctica en un conflicto docente y social de grandes dimensiones por el controvertido desarrollo de estas normativas en el Archipiélago. Bauzá se encontrará en su salsa en Valladolid. La gran mayoría de sus compañeros peninsulares tienen una visión superficial de la realidad balear. El president defenderá valores que caen muy bien en las tierras castellanoleonesas. Pero en último extremo, el político de Marratxí deberá rendir cuentas ante las urnas baleares. Esta es su auténtica reválida y no las ovaciones que sin duda cosechará a orillas del Pisuerga. En política es mejor mantener el territorio propio en calma y sin generar problemas que baños de ovaciones en otros pagos. Un claro ejemplo son los populares gallegos, comenzando por su presidente Alberto Núñez Feijoo, que se lo piensa cincuenta veces antes de dar el paso al frente con una medida que será polémica o difícil de asumir para sus administrados. Si Bauzá hiciese en Valladolid un discurso en defensa de una financiación más justa para Balears, si les recordase a sus compañeros peninsulares que el actual estado de la balanza fiscal del Archipiélago es insostenible, si se convirtiese en abanderado de las autonomías más perjudicadas por el Estado central, sin duda recogería malas caras y algún exabrupto, pero sentiría el calor y el apoyo de sus conciudadanos del Archipiélago. En política no bastan las buenas intenciones a la hora de impulsar leyes o decretos y ganarse espaldarazos lejos de las tierras de origen. Hace falta saber defender los intereses del conjunto de la colectividad a la que se sirve en el lugar y el momento oportunos. Así es como se curte un president y como se hace fuerte ante los suyos. Sin duda
