Hasta el momento, la Policía Nacional ha concretado la existencia de 30 víctimas y el importe defraudado en torno a los 40.000 euros y busca a buena parte de los perjudicados para devolverles las puertas y persianas, ha informado la Jefatura Superior de Baleares.
El presunto autor del fraude, de nacionalidad española, fue detenido por estafa, amenazas y reclamación judicial a principios de octubre en una finca del norte de Mallorca.
La laboriosa investigación del caso había empezado meses atrás, al acumularse una veintena de denuncias por estafa, con un mismo modus operandi.
El hombre se anunciaba en portales de internet y en chats de mensajería utilizando el nombre de empresas solventes para realizar trabajos de lacado y barnizado de puertas y ventanas, a un precio muy inferior al del mercado.
Cuando las víctimas contactaban con él, acordaban un precio y acudía a sus domicilios a recoger los efectos a reparar. En el momento de llevárselos, solicitaba el adelanto del 50 % del total del presupuesto. A algunas de las víctimas les entregó recibo como justificante del pago y a otras no.
Días después, contactaba de nuevo con sus víctimas y solicitaba más dinero de lo acordado en un primer momento, alegando o bien que necesitaba comprar más material de lo inicialmente pactado o que debía de entregar los efectos a un carpintero para su arreglo previo a pintarlos.
En otros casos puso como excusa el alquiler de un local para llevar a cabo los trabajos para reclamar el adelanto del pago. Para generar confianza, ofrecía a las victimas la posibilidad de abaratar el coste final entre 200 y 300 euros y en algunos casos llegó a mandar a las víctimas fotos de su documentación.
Cuando se cumplía el plazo de entrega y se acordaba fecha y hora, ésta nunca llegaba a hacerse efectiva y el supuesto pintor dejaba de contestar las llamadas y mensajes.
Transcurridos varios meses, cuando las víctimas insistían el hombre se tornaba agresivo y llegó a proferir amenazas de agresiones físicas a ellos o sus familiares y a pedir más dinero.
El Grupo de Delincuencia Económica logró identificarlo plenamente y localizarlo en una finca de la zona norte de la isla, donde lo detuvo por delitos de estafa, amenazas y reclamación judicial, por los que ingresó en prisión provisional.
Si en un principio la estafa se cifró en unos 30.000 euros, con una veintena de víctimas, las pesquisas posteriores han elevado la cifra del fraude a 40.000 euros y las víctimas son más de 30.








