Ahora que el final de la temporada de fútbol está cerca, ya que solo faltan siete jornadas para que baje el telón, se emiten toda clase de pronósticos y cálculos acerca de la clasificación definitiva en referencia a los equipos que se encuentran con opciones matemáticas de alcanzar sus objetivos. Suelen hacerse en términos absolutos y se desprecian los relativos que son los verdaderamente importantes, pero todos coinciden en que lograrán sus metas por difíciles que a los demás nos parezcan. Mantener la ilusión desde luego no tiene precio, siempre que no se confunda con el engaño.
Utilicemos el ejemplo más próximo. Un jugador del Atlético Baleares afirma que la salvación está a cuatro puntos, uno de la Penya Deportiva que bastará con ganar los cuatro partidos que restan en Santa Eularia y otro de Formentera que ni siquiera piensan en el play out. Nadie falta a la verdad, pero siempre y cuando los rivales que van por delante pierdan lo que los tres mencionados ganen. Es decir, la permanencia estará a la distancia que quieran pero siempre depende de los resultados de los demás, por lo que esa diferencia es aleatoria.
En el extremo opuesto de la tabla, al Mallorca le deben bastar los siete puntos de ventaja sobre el segundo clasificado para proclamarse campeón. El ascenso es otra cosa. En este caso se puede permitir ignorar la velocidad de sus perseguidores, Villarreal B y Elche, porque son los que tienen que darle al pedal y esperar que los de Vicente Moreno se equivoquen de ruta o de piñón. Igualmente y sin embargo este trecho es variable y, en consecuencia, impredecible.
Bueno, tampoco vamos a cambiar ahora los tópicos del fútbol y los elementos que salpican las tertulias y el entretenimiento de los aficionados. Claro que en otro tipo de foros tendría que imperar un mayor rigor analítico.