La primera alcaldesa que nos ha enseñado a los palmesanos qué es la democracia, como diría Armengol, sigue haciendo cosas muy raras. Una de sus concejalas la critica en público por no estar en las listas y le comunica que dejará de estar en la junta de gobierno, pero sorprendentemente anuncia su intención de seguir como regidora de Turismo. Increíblemente, la alcaldesa demócrata acepta las peticiones de la concejala rebelde y Joana Maria Borrás seguirá al frente de Turismo después de criticar los métodos de Calvo, decisiones como la peatonalización de Blanquerna y nada menos que la legitimidad de la alcaldesa de seguir en el poder tras romper su pacto con Unió Mallorquina. Calvo, que todavía tiene que explicarnos qué responsabilidades políticas tiene por permitir la contratación de agentes medioambientales que hacían campaña para UM, lleva mucho tiempo a la deriva y debe olerse el final de su mandato. De lo contrario no se entiende que Borrás convoque a los medios para criticar a la alcaldesa y ésta siga como si nada hubiera pasado. Definitivamente, algunos políticos han perdido el norte desde hace tiempo.





