La actual coordinadora de Tardor, Natalia Gamarro, explica a mallorcadiario.com que años atrás sus estadísticas de usuarios siempre bajaban durante el verano, "pero en los dos últimos años han subido, y este pasado verano hubo tres veces más usuarios con respecto a veranos anteriores".
Gamarro atribuye esa circunstancia a que cree que "hay una clase trabajadora que está siendo pobre en Mallorca, porque el precio de la vivienda está cada vez más imposible y aún va a ir a peor". De hecho, un 70 por cien de los usuarios de Tardor viven en la calle actualmente. Esa situación de pobreza está haciendo que personas que hoy tienen un empleo tengan que recurrir también a los comedores sociales. "Uno es pobre también según dónde vive", subraya.
"Muchas personas consiguen trabajo cada verano en la isla, pero ello ya no evita que, como hemos podido constatar, hayan aumentado muchísimo los usuarios de los comedores sociales", añade. Por ello, Tardor se vio obligada a reactualizar su registro el pasado mes de junio, "porque estábamos desbordados".
CIFRAS CRECIENTES
En dicho mes pasaron por el comedor social de esta entidad unas 1.200 personas en total. "Ahora mismo, atendemos una media de 350 personas cada día", especifica Gamarro, quien también indica que los menores no pueden ir allí a recoger comida.
"No es que vengan todos los días las mismas 350 personas, sino que ese es el número de personas que vienen a diario", aclara. A partir de ahí, Tardor trata de definir un poco el perfil de sus usuarios. "La mayoría son en estos momentos personas que no llegan a fin de mes y hay también personas que vienen una vez a la semana", concreta.
El comedor social de esta asociación abre cada día, de lunes a domingo, los 365 días del año, desde las 12.00 hasta las 15.00 horas, si bien en ocasiones puntuales ha permanecido abierto hasta las 16.00 horas por la gran demanda hoy existente. "A lo largo de esas tres horas hay una fila continua de gente de diversos países, lo que supone una convivencia multicultural", afirma. En paralelo, cada día llegan aproximadamente 15 personas nuevas. "Normalmente son personas que están en tránsito, que no permanecen mucho tiempo en la isla y que luego se van a la Península", expone Gamarro.
VARIAS SITUACIONES
Las personas nuevas que se acercan hasta sus dependencias en Palma pueden acudir a las mismas entre las 14.30 y las 15.00 horas. "Aunque estamos desbordados, si nosotros podemos atenderlas, lo vamos a hacer", enfatiza. Hay también algunos casos de personas que consiguen trabajos de unos días o de unas semanas y que momentáneamente dejan de acudir a Tardor.
"Tenemos un registro de asistencia con los datos de todas las personas", prosigue la citada coordinadora. "Le preguntamos a cada una de esas personas si está en condición de calle y si va a venir todos los días a buscar comida", comenta. Si la respuesta es afirmativa, "le damos prioridad a esa persona, porque se trata de una necesidad urgente".
A cada persona se le da un táper de comida que Tardor elabora durante el día. Es una comida equilibrada, con carbohidratos y proteínas. Además, se le entrega también a dicha persona bollería, un lácteo, fruta y un bocadillo. "Nosotros estamos aquí cada jornada desde las siete de la mañana", sintetiza.
FAMILIAS ENTERAS
Tardor ayuda no sólo a personas solas, sino también a familias enteras. "El padre o la madre han de traer los datos de todas las personas que componen esa unidad familiar, a la que atendemos y acompañamos igualmente", continúa Gamarro. A dichas familias se les dan también táperes con comida si no tienen dónde cocinar o un poco de ayuda de la Fundación Banco de Alimentos si pueden guisar en su casa.
Hoy hay sobre todo derivaciones, casi todas de Cruz Roja, una ONG que el pasado verano derivó al mencionado comedor "un flujo importante de jóvenes que llegaron en pateras, en condiciones inimaginables". Esos jóvenes provenían en su mayor parte de Argelia y de Marruecos. "También existe la posibilidad de que una persona necesitada mantenga directamente una pequeña entrevista conmigo", resume. Por otro lado, Tardor acompaña a las personas vulnerables en otros procesos, no sólo en la alimentación.
Nuestra interlocutora lleva algo más de un año como coordinadora en esta reconocida asociación, aunque llevaba ya "mucho tiempo" siendo voluntaria en ella, en concreto desde la pandemia. "En aquella época, llevaba comida a las personas que vivían en la cárcel vieja, porque no podían trasladarse", recuerda.
NUEVOS RETOS
"Después de la pandemia, nuestro espacio también se transformó, pues antes las personas comían aquí adentro", rememora Gamarro. Tanto entonces como ahora, Tardor gestiona las entregas que recibe cada día de distintos comercios y establecimientos, y, además, cuenta con socios que aportan dinero.
De ese modo, se trabaja para devolver la esperanza a miles de personas, ante una coyuntura cada vez más complicada. "Hace poco publicamos un informe con las cifras de la pobreza en Baleares, en el que se recogía que unas 243.000 personas están en situación de exclusión social y que unas 98.000 personas están en situación de exclusión social severa", contabiliza. Cabe recordar que en la actualidad Baleares cuenta con 1,2 millones de habitantes aproximadamente.
"Este invierno no sé qué va a pasar, porque estamos desbordados ya en este momento, pero no sólo en Tardor o en otras entidades que hay en las Islas, sino también en otras asociaciones sociales del resto de España y de otros países europeos, porque está colapsado el sistema", concluye Gamarro.