En algún lugar se ha escrito que se había orientado el concurso de la ópera de Palma hacia Calatrava. Hombre, claro, sólo faltaba. ¿Puede acaso Calatrava ganar un concurso que sólo pida una ópera? Es como si se hiciera un concurso: “Cantante para concierto de música”. Lo gano yo, por precio. Porque por calidad... Ah, pero la calidad es un concepto que se ve cuando acabo el concierto -si es que acabo. Ustedes verán: creo que la legislación contempla estas cosas. Creo que cuando hablamos de encargar a Miquel Barceló que haga algo, cuando pedimos a un Calatrava un proyecto, cuando queremos que María del Mar Bonet haga un concierto, no se hace un concurso especial, sino que se adjudica directamente. Lo cual, por supuesto, no quiere decir que el precio sea cósmico. El precio de un Calatrava debería estar en el entorno de lo que cuesta un Foster, Nouvel o Habib, los otros grandes de la arquitectura actual.





