Las elecciones al Parlament del Catalunya dejan las cosas como estaban en cuanto a la mayoría del bloque independentista en escaños, que no en votos. Sin embargo este fue también el veredicto de las urnas en las elecciones de 2015, consideradas por algunos plebiscitarias, donde también hubo una mayoría de votos no independentista, cosa que no frenó los planes del procés. Los 170.000 votos más cosechados por el bloque constitucionalista no serán suficientes para hacer presidenta a Inés Arrimadas de Ciudadanos, la candidatura más votada y que ha obtenido más escaños. Así pues, las cosas siguen igual en Catalunya.
Sin embargo, no se explica la euforia del bloque independentista, con el líder de Esquerra Republicana en prisión y con el líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, en Bruselas, y con perspectivas de ser detenido tan pronto pise territorio español. El expresident Puigdemont continúa reivindicándose como el presidente legítimo y ha declarado que la república catalana ha vencido a la monarquía del 155.
Los independentistas continuarán exhibiendo un mandato ciudadano de la sociedad catalana, que no está respaldado por los votos. Tienen una mayoría de escaños que les permitirá formar gobierno, pero no les ampara para vulnerar la Ley y en especial para reincidir en la unilateralidad que forzó la aplicación del artículo 155 de la Constitución y llevó a la destitución del Govern de la Generalitat de Catalunya.
