En la copa de Navidad que tradicionalmente el Govern ofrece por estas fechas a los representantes de los medios de comunicación, la presidenta Francina Armengol no pudo disimular su satisfacción por la aprobación de los presupuestos de la Comunidad Autónoma. Unas cifras récord que han contado con el apoyo leal y sin fisuras de sus socios, los partidos que suscribieron los ‘Acords pel canvi’ al principio de la legislatura: PSIB, Més per Mallorca, Més per Menorca y Podem Illes Balears.
La jefa del Ejecutivo sabe la importancia de aprobar estas cuentas, pues eso garantiza la estabilidad del Govern y la finalización de la legislatura sin más sobresaltos que los imprescindibles, que usualmente resultan ser las metidas de pata de sus socios. Porque en un caso extremo, el año 2019 que es cuando hay que celebrar las elecciones, podrían prorrogarse las cuentas públicas. Así pues, Armengol terminará la legislatura en la fecha prevista sin graves contratiempos y con una coyuntura económica netamente favorable, como corrobora la previsión de la confederación empresarial CAEB, que pronostica un crecimiento del 3,3% para 2017 y del 3% para el año próximo.
Las crisis más graves a las que ha tenido que hacer frente el Govern han sido derivadas de meteduras de pata de los partidos que le dan apoyo. Ya sean las crisis por las expulsiones de las diputadas de Podem, ya sean por los contratos de Més a Jaume Garau, ya sea por el viaje de Biel Barceló a Punta Cana, la crisis más reciente. Así pues, la receta es clara: el Govern y los partidos que le dan apoyo deben evitar meterse en charcos y generar polémicas. Esto es básico para afrontar un final de legislatura sin sobresaltos, algo que es difícil de controlar, pero vital para no ahondar en la imagen de poca seriedad que en ocasiones transmite el Govern.
