¿Se puede hacer música con una botella vacía? ¿Y con una tubería? Lo que parece imposible es una realidad tal y como han podido comprobar un grupo de escolares de entre 3 y 16 años de Palma que han disfrutado de un concierto único y de lo más ecológico. Fregonas, macetas, cacerolas y tuberías sustituyen a la guitarra, la batería o la caja a la hora de interpretar música. Y así, lo que a priori es basura se utiliza para crear melodías y todo con mensaje. El fin último de grupo Arsis, aparte de la diversión, es concienciar al público, en este caso a los más jóvenes, de la importancia de reciclar para preservar el medio ambiente.
