Estos días como avancé hace unas semanas sigue el baile de sillas y negociaciones para no perder el poder o adquirirlo sin haberlo tocado nunca.
La sugerencia por mi parte es reconocer los fallos y ver que la ciudadanía quiere un cambio hacia la izquierda, será un cambio y una opción; y con la derecha totalmente renovada podría ser una buena oposición. Lo que sí necesitaba la derecha actual y ahora lo tendrá que hacer, es una cura de humildad, partir de cero con sabia fresca, que ilusione y apasione al personal.
Pasa la vida y pasan los tiempos, y a veces todo cambia sin cambiar nada. Nuestros líderes de antaño se derrumban como las estatuas de Lennin mientras el pueblo aclama sus ordas para nuevos cambios. Este gobierno que se va, ya defenestrado y claudicado, prometió lo que no podía cumplir, no escuchó a su pueblo, no quiso saber de sus problemas latentes, de su día a día, de su gente, de los que lo votaban y de los que no.
La única verdad es que los de izquierdas no abandonan a los suyos por muy difícil que se les dé el camino.
En lo que sí estoy de acuerdo actualmente con varios barones del PP es con la propuesta de adelantar la fecha del congreso del PP Balear o esperar estratégicamente a las elecciones generales, con una serie de condiciones; crear una “Gestora” que lleve estos asuntos hasta que se celebre el congreso y que dimita Bauzá. Esto hará que las riendas estén en manos de varios y no de uno solo.
Un gobierno de espaldas a todo con una forma absoluta y radical de ejercer el poder no es lo que los baleares quieren. Bauzá se va, y con él su feudal modo de gobernar. Una nueva alternativa se implica para conducir nuestras ciudades hacia un nuevo proyecto político a lo mejor más justo. Hay rostros nuevos junto a caras de ya conocidos.
Conciliaciones indefinidas con aires de libertad y justicia. Puede que grandes intenciones con soberbias ilusiones. Pero los deseos de cambio ganan sin saber cómo.