Resulta absolutamente deplorable el mensaje lanzado ayer por David Abril, portavoz parlamentario de Més, ofreciéndose a acoger a los socialistas de corazón descontentos con lo que está sucediendo en el PSOE. Esta postura, que solo cabe definir propio de un carroñero de la política, dibuja claramente la altura política del personaje. Por si se le ha olvidado a Abril, el PSOE es actualmente su socio de Gobierno y dado que no se avizora un horizonte electoral próximo en el ámbito autonómico, que le es propio a su formación, debiera procurar dar estabilidad y cohesionar al Govern y cultivar las buenas relaciones y la concordia entre Més y el PSIB. Sin embargo, opta por comportarse como un buitre ante un animal herido, dispuesto a abalanzarse sobre los despojos.
Por si se le ha olvidado a Abril, el PSOE es actualmente su socio de Gobierno
Inmediatamente Podem se unió a la fiesta haciendo suyo el ofrecimiento de David Abril, como si su formación no tuviera ninguna responsabilidad en el hecho de Rajoy siga siendo presidente del Gobierno al día de hoy, al votar negativamente a la investidura de Pedro Sánchez, a que hubiera que repetir las elecciones por segunda vez y que muy probablemente haya que ir una tercera vez a votar dada la situación de bloqueo existente.
Se diría que el portavoz parlamentario de Més estuviese desesperado por asaltar el liderazgo de su partido, pero desde luego se equivoca de estrategia atacando al PSIB, cuando es conocidísima su postura dentro del PSOE en contra de la investidura de Rajoy, del mismo modo que se equivocó de estrategia al atacar a Biel Barceló al criticarle públicamente en la sala de prensa del Parlament. Su ambición le pierde, como a todo carroñero político, incapaz de resistir la tentación al oler una gota de sangre, sin discernir si está ante sangre amiga o sangre rival.





