Michael Laudrup no se cansa de repetir que no está hecho; que la salvación es algo que aun no se ha conseguido de forma matemática por lo que este domingo ante el Racing se tiene que mantener el acelerador apretado como contra el Getafe.
“El ambiente es de alivio después partido fundamental viendo además los otros resultados. Hay un mundo entre tener 39 y 42 a estas alturas. Hay que decir claramente que tenemos que sacar más puntos. No creo que te basten con 42, estamos muy cerca pero todavía hay que conseguir un par de puntos más. Cuando lo hayamos conseguido hay que mirar cada partido, ser profesional y buscar la motivación en cada partido. Hemos estado la mayor parte de la liga en estas posiciones y queremos mantenernos ahí. Sería una pena salvarse, perder los últimos partidos y quedar 16º”. A falta de cinco jornadas para que concluya la competición y con el objetivo de la temporada a tiro, el entrenador bermellón advierte que no puede entrar la palabra relajación en la mente de los suyos. “No estamos salvados, no se puede bajar la intensidad ni un milímetro” por lo que “una cosa es estar tranquilo pero el problema es si se convierte en relajación. No creo que pase pero para eso estamos nosotros. No podemos hablar como si la permanencia fuese un hecho, pero está cerca. El domingo fue una victoria fundamental pero aun hay cosas por hacer”, explicaba. El Racing llega a la cita con 37 puntos, dos por encima del corte marcado por Osasuna; un rival que por las urgencias apretará a los isleños. “Me espero un equipo muy necesitado de puntos, todos los que están abajo hacen cálculos. Los del Racing pasan por ganar a Málaga y Mallorca. Esto sólo quiere decir que hay que salir mentalizados, no podemos pagar platos rotos de otros. Puede haber cierto miedo en caso de recibir un gol. La ansiedad te puede llevar a extremos. Ellos van a salir muy mentalizados, motivados; van a ir al choque en todos los balones”. Sin querer despistar la mirada con el siguiente duelo ante el Villarreal en casa, Laudrup sólo quería comentar que está a disgusto con el horario. “No me gusta, he probado un par de veces como jugador, es raro en todo. Tienes que levantarte temprano, comer a las 8.45 espaguetis, todo es un poco raro. Manda el dinero y toca obedecer”, decía resignado.
