Un líder que solo ha perdido dos partidos fuera de casa no debería visitar al Mestalla con miedo en el cuerpo, sino con la convicción de amartillar su estandarte. El filial del Valencia, sin aspiraciones de subir su nivel ni peligro de empeorarlo ofrece una tarjeta contradictoria con un encomiable bagaje realizador únicamente superado como local por el Elche, compensado por una defensa demasiado vulnerable. El Llagostera y el colista completan la terna de anfitriones con peores números en defensa.
Vicente Moreno desplaza a 19 jugadores con la salvedad de la reaparición de Fernando Cano en una convocatoria esta vez por Fran Gámez, uno de los incorporados en el mercado de invierno a título de ¿refuerzo?. Con los cuatro de atrás inamovibles independientemente de que el lateral zurdo sea Bonilla o Salva Ruiz, habrá que ver si el técnico se inclina por un 4-4-2 o adopta un 4-2-3-1 aunque la diferencia de dibujo no se haya notado demasiado.
Por otra parte la victoria del Llagostera sobre el Aragón en partido adelantado al viernes, mete presión al Atlético Baleares en su desesperado intento de sacar la cabeza del agua. Ha de ganar al Hércules en Son Malferit para no incrementar la distancia que le separa del “play out”, ya no digamos de la permanencia. Es más temible la baja de su capitán y faro, Fullana, que la capacidad de cuadro alicantino, una de las grandes decepciones del grupo y la temporada.
Ni Siviero en primer lugar, como después Claudio y ahora Vijsnic han removido la cansina travesía que lleva a cabo el otrora histórico club. En sus desplazamientos encaja pocos goles, pero marca casi menos y carece de especial motivación para pisar suelo balear con la ambición que le daría una clasificación más significativa.
