El Grupo I de la UCRIF inició la investigación cuando tuvo constancia de que los responsables de un restaurante de comida china del Port tenían trabajando a ciudadanos extranjeros sin permiso de residencia y trabajo en España. Concretamente, de los cinco trabajadres -dos chinos y tres colombianos- cuatro carecían de dichos permisos.
Además, los dos ciudadanos chinos vivían y dormían en el propio local -en pésimas condiciones de salubridad- y uno de los colombianos que efectuaba labores de reparto de comida con su vehículo particular, lo hacía sin permiso de conducir válido en España.
La explotación laboral era tal que, si uno de los trabajadores quería librar un día les cobraba 30 euros, y 15 si pedían media jornada.
NÓMINAS DE UNOS POR OTROS
Con la finalidad de justificar la presencia de los empleados de origen chino, la propietaria mostró a los agentes sendas nóminas, que resultaron no ser de los mismos trabajadores sino de otros dos hombres de la misma nacionalidad.
Tras diversas gestiones, los agentes procedieron a la detención de la propietaria que ya tenía antecedentes por hechos similares.
CIERRE DEL RESTAURANTE
Al margen de la investigación policial, la Conselleria de Salut i Consum llevó a cabo una inspección sanitaria del local y decretaron la suspensión provisional de la actividad del establecimiento.
Asimismo, la Policía Local de Andratx fue informada de la presencia de doce bombonas de gas butano en el interior de una pequeña habitación del restaurante. Todas ellas estaban conectadas a una cañería que por el exterior comunicaba con la cocina del local, lo que representaba un enorme grave riesgo para las personas.
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