Los hechos ocurrieron durante la tarde en la calle Moisès cuando una patrulla recibió un aviso de que se había producido un accidente.
Al llegar al lugar, varios testigos indicaron que la conductora había accedido a la calle en sentido contrario y colisionó contra otro vehículo que circulaba correctamente.
Acto seguido, la mujer intentó huir del lugar. Aceleró y chocó contra otros siete vehículos que se hallaban estacionados en la vía pública. Los vecinos tuvieron que retirar la llave del contacto para evitar que huyera, momento en que mordió el brazo a uno de ellos.

Los policías comprobaron que presentaba síntomas evidentes de estar borracha y en la prueba de alcoholemia a la que fue sometida arrojó un resultado de 1,10 mg/l en aire aspirado, es decir, una tasa que cuadruplicaba el máximo legal permitido.
Igualmente, la conductora se negó a realizar la segunda prueba reglamentaria.
FUERTE RESISTENCIA CUANDO IBA A SER DETENIDA
Como quiera que sea, la mujer se iba poniendo cada vez más agresiva y se negaba a salir del coche por lo que se produjo un forcejeo entre esta y los agentes.
La detenida se desprendió de sus prendas superiores y comenzó a proferir graves insultos hacia los policías.
Tras una fuerte resistencia, en la que lanzó patadas y manotazos que impactaron en cuatro agentes, se lanzó al suelo, donde pudo ser arrestada por atentado contra la autoridad y otro contra la seguridad víal.