En ambos casos, la forma de actuar del autor fueron similares: tras ganarse la confianza de la víctima e intercambiar vídeos de índole sexual, el ahora detenido comenzaba a comportarse de manera muy posesiva y celosa.
En el primer caso, denunciado en Alicante, la menor dejó de relacionarse con él pero fue entonces cuando el agresor comenzó a amenazarla.
En el segundo caso, denunciado en Madrid, el joven se mostró aún más agresivo y posesivo al pensar que la menor se comunicaba con otros chicos a los que remitía, igualmente, vídeos sexuales.
Tras las investigaciones pertinentes, se descubrió que el autor residía en Mallorca y se procedió a su detención y a incautar su teléfono móvil.
Las investigaciones continúan abiertas y se ha localizado la que podría ser una tercera víctima, también en la península.