Maria Salom en la extensa entrevista publicada el domingo por mallorcadiario.com, un día después de su proclamación como candidata a la reelección de presidenta del Consell de Mallorca, ha dejado claro lo que piensa con respecto a los partidos políticos que, unidos, se presentan como alternativa al PP: dan miedo. El discurso del miedo no es sutil, como en otras ocasiones. Es una apreciación descarnada y sin anestesia. A buen seguro este discurso se irá acentuando conforme se acerque la cita electoral, porque muchos electores desconfían de pactos multipartitos, mucho más aún si en ellos participa Podemos. También reconoció que parte de la marca PP está dañada y que hay que trabajar para recuperarla, lo que pasa por convencer a quienes en anteriores ocasiones votaron por el centro-derecha, de modo que vuelvan a confiar en el PP.
Salom se ha convertido en el pegamento que une el “viejo” PP con el nuevo PP de José Ramón Bauzá. Con su experiencia en la política balear y sus buenas relaciones con el partido en Madrid labradas en su época de diputada, Salom es una pieza fundamental en el actual tablero político. El presidente Bauzá lo sabe y no puede prescindir de ella. Además Maria Salom ha llevado a cabo un buen trabajo en la institución insular sin restar protagonismo. Con discreción y sin estridencias. Sin generar problemas innecesarios. De ahí que el PP de Balears apueste por la continuidad en el Consell.





