Tres individuos cobardes propinaron anteayer una brutal paliza a una chica de 19 años. La estaban esperando a la salida de su casa. El motivo de la paliza por la que tuvo ser hospitalizada y por la que se encuentra convaleciente: Ser la presidenta del partido político VOX en Cuenca.
A Inma Sequí le propinaron todo tipo de puñetazos y patadas al grito de "¡Fascista de los cojones!". Sí. Apalean mientras acusan a la agredida de “fascista”. A esto hemos llegado.
Destacadas personalidades políticas, así como el propio Ayuntamiento de Cuenca y el Ministro del Interior, han condenado, enérgicamente, la intolerable agresión. Pero, ¿dónde están esos otros personajes y asociaciones feministas que tanto condenan y se movilizan? ¿O es que consideran que hay algunas víctimas que se merecen estas agresiones? Su repugnante doble rasero los descalifica totalmente.
Los responsables de este "atentado político", como lo ha calificado el presidente de VOX, Santiago Abascal, son los cobardes criminales que lo han perpetrado. No hay duda. Pero hay otro tipo de responsables. Aquellos líderes de la extrema izquierda que, con sus mensajes cargados de agresividad y odio, facilitan los argumentos, la justificación, de estos comportamientos salvajes. El guerracivilismo plasmado en lemas de alto contenido violento del tipo “¡Arderéis como en el 36!”, “que el miedo cambie de bando”, o “vosaltres espanyolistes sou els terroristes”, no conducen a nada bueno.
La violencia ha de ser erradicada de la vida política. Y en este objetivo debemos colaborar todos. Tanto la clase política y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, como la propia sociedad.
Los que hemos sufrido y sufrimos las amenazas y agresiones de los intolerantes sentimos una predisposición innata a la solidaridad con otras víctimas. Sigo confiando en que, a diferencia de esos miserables personajes y organizaciones feministas que no condenan las agresiones según quien sea la víctima, la mayoría de la sociedad también sea sensible a la solidaridad con los agredidos sean quienes sean. De lo contrario estaremos a un paso de convertir a los verdugos en víctimas.
Toda mi solidaridad con Inma Sequí de VOX.





