Duelo en los pedales

Todos recordamos aquel día festivo de comienzos de un nuevo año en que los Reyes Magos nos trajeron nuestra primera bicicleta, ese vehículo de dos ruedas al cual se le podían incorporar dos ruedecitas más, por si todavía no sabíamos montar, y así ganábamos seguridad y confianza hasta que nos atrevíamos a comprobar si existía la estabilidad sin ellas. Subirse al sillín y coger el manillar de una BH o una Torrot –marcas de moda, en aquel entonces- provocaba una sensación de libertad únicamente comparable al vuelo de un pájaro.

Actualmente, es preciso distinguir a los usuarios de este medio de locomoción y a los ciclistas que lo practican como deporte. Además, hay que añadir la diferencia que existe entre pedalear en la ciudad o en carretera, aunque en ambos casos se corra el riesgo, por causas propias o ajenas (“in memoriam” del policía local, Biel Llull ), de perder las alas y no volar jamás.

Deseamos seguir el modelo eco-ambiental de otros países incorporando a nuestras calles y vías más carriles para el uso de las bicicletas, pero caemos en el grave error de no concienciar seriamente a la sociedad.

Solo se invierte en formación en seguridad vial a ciertos sectores y en ciertos sentidos, las normas de circulación pueden llegar a ser demasiado laxas; por ejemplo, se me ocurre entre ellas, la de permitir en carretera, ir a los ciclistas de dos en dos.

También de repente, un buen día, en algunas calles de Palma como la de Indalecio Prieto, donde los viandantes se tiran al ruedo sin mirar antes de cruzar y sin respetar los semáforos, aparecen pintadas unas nuevas rayas en la calzada que resta espacio habilitado para la circulación y nos quedamos tan contentos porque los peques y sus familias podrán desplazarse al cole por el nuevo carril bici.

Otra calle últimamente reformada es la de Médico José Darder, antes ancha aunque muy transitada y ahora sigue unidireccional con un carril menos para coches y unas colas infinitas en horas punta.

En Reyes Católicos salida Aragón, los autos, camiones y furgonetas están colocados en batería y sobresalen del espacio reservado al aparcamiento mientras uno de los coches que circulan en doble dirección, debe frenar para que pase el otro y aquí no ha habido ningún cambio desde hace años. Con o sin carril, la mayoría de bicis siguen circulando por la acera, atropellando a los peatones que salen de sus edificios o simplemente pasean.

Aunque parezca lo contrario, estoy totalmente de acuerdo en intentar lograr una ciudad menos contaminada, más verde y ajardinada, pero creo que la fórmula empleada no es la correcta. Hay que buscar una solución para los coches porque no pueden desaparecer por arte de magia y no es el momento de irse por las ramas sino de atajar el problema desde la raíz.

Queremos seguir rodando sin miedo y evocar aquellos tiempos en que las bicicletas eran para el verano. ¡No más víctimas!

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias