El Dr. Juan Hitzig estudió las características de algunos longevos saludables y concluyó que más allá de las características biológicas, el denominador común de todos ellos radicaba en sus conductas y actitudes.
Cada pensamiento genera una emoción y cada emoción moviliza un circuito hormonal que tendrá impacto en las 5 trillones de células que forman un organismo.
Las conducta S: serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo, sueño, sonrisa, promueven secreción de serotonina. Una de las divas cerebrales, que regula la música límbica y la alquimia cerebral. Las conductas S generan actitudes A: animo, amor, aprecio, amistad, acercamiento, proximidad, compasión, tolerancia, empatia etc.
Las conductas R: rabia, rencor, reproche, resistencias, resentimiento, culpa, represión, facilitan la secreción de cortisol, una hormona corrosiva para las células, que acelera el envejecimiento. Nos amarga e intoxica y contamina el espacio social. Las conductas R generan por el contrario actitudes D: desanimo, desesperación, desolación, soledad etc..
Con solo aprender este alfabeto emocional, lograremos vivir más tiempo y mejor, porque la “mala sangre” (mucho cortisol y poca serotonina) deterioran la salud, posibilitan la enfermedad, aumenta la vulnerabilidad psicosomática y aceleran el envejecimiento. El buen humor, en cambio, es clave para la longevidad saludable. Vivir mas y mejor.
Hay que intentar construirse una vida plena de serotonina , con chutes de dopamina que nos hagan la vida mas placentera.
Es clave que nuestra esperanza y nuestro compromiso (con nosotros mismos y con los demás) se mantengan siempre activos.
La vida vale la pena. La vida es un precioso regalo. El significado “de lo bueno y lo malo” están abiertos a la interpretación. Nuevos mapas mentales o perspectivas temporales nos permiten ver nuevas oportunidades en las cosas negativas que nos suceden. Aceptémoslo las ulceras no vienen de lo que uno come sino de lo que le come a uno.
Ah y recuerden que aun, aquí y ahora que estamos en derrota transitoria pero nunca en doma. Y no olviden que no son responsables de la cara que tienen pero si de la jeta que ponen.