Reconozco que Pedro Duque es un tipo que me cae bien. Otra cosa son sus asesores, a los que no conozco, pero que deben de ser una pandilla de verdaderos cabrones. Lo digo porque lo que le han hecho es una cabronada, de otra manera no puede llamarse. Duque es astronauta y como divulgador no le ha ido mal. Ello no quiere decir que sirva para ministro ni que tenga tablas políticas. Para compensar lo segundo están su jefe de comunicación y sus asesores que lo han dejado —perdón por la tópica expresión— a los pies de los caballos en dos comparecencias ante los medios en las que el ministro apareció sin tener nada claro, sin saber qué decir y siendo poco menos que despellejado.
Duque tiene tres problemas: Hacienda, su equipo y la función de su ministerio. Lo de Hacienda, de momento, parece legal y dejo a cada uno si lo considera ético o no. Si bien, atendiendo a la hemeroteca y recordando palabras de Pedro Sánchez, al presidente ya le está faltando tiempo para poner al astronauta en órbita. Duque debería dimitir no sin antes solucionar el segundo problema y poner en la puta calle a sus asesores, por ineptos y desleales. La tercera cuestión es, cuando menos, esotérica. Duque es ministro de Universidades, el mayor foco de cooptación del país, o de mamoneo, si lo prefieren en vulgo. Un verdadero ministro de Universidades tiene que meterle mano el enchufismo, a la endogamia y al mucho dar por culo de las universidades públicas. No estaría mal que además de revisar con lupa el máster de Pablo Casado alguien se diera un garbeo por los expedientes regalados, las titulaciones de chichinabo y los grupos de estudio (una especie de premio para los colegas que se acaban currando los estudiantes). Y si de paso se despolitiza un poco, mejor que mejor.
La otra ministra haciendo equilibrio como la cabra de los gitanillos es Dolores Delgado, la nueva Lola de España. Lo de que te publiquen grabaciones a traición es una putada y de las gordas. A mí, el primero, me colgarían del palo mayor si me grabaran en una sobremesa. Que la Lola llame mariconazo al ministro Marlaska, o que se quede tal cual cuando le cuentan que han montado una red de chicas de compañía y toda esa porquería, es lo de menos. Lo chungo es que ande de colegueo con tipos de ética tan dudosa como Baltasar Garzón o el comisario Villarejo, que este no ha hecho un negocio honrado en la vida. Aun así, podríamos pasarlo por alto. Lo que sucede es que cuando en el ejecutivo de Sánchez son tan finos que mean colonia y se escandalizan por un chiste verde, cuando señalan a cualquiera y le cuelgan la etiqueta de machista y fascista, la ministra queda como una boñiga hipócrita. Otra que debería largarse.
Dos maravillosos especímenes del universo Sánchez son Celaá y Calvo. La ministra portavoz, María Isabel Celaá, padece el síndrome de Proteus porque ha desarrollado un morro de elefante que convierte al bueno de Joseph Merrick en Alain Delon en sus años mozos. Anda la portavoza denunciando una cacería contra el Gobierno orquestada por el Partido Popular y Ciudadanos. Cerda le dijo Peggy a Peppa Pig… ¡Será que el PSOE no sabe de cacerías y de enguarrar con los medios de comunicación! Lo que hay que oír. La vicepresidenta Carmen Calvo se permite decir que hay que legislar de una manera más restrictiva la libertad de expresión. Para Calvo cuando los periodistas publican lo que no le gusta hay que meterles mano. Si quiere hablar de libertad de expresión, lo primero que debería hacer es llamar por teléfono a Francina Armengol para que le explicara que hace el PSIB-PSOE gobernando con los que se ponen camisetas, lacitos o van a cantar a la puerta de Cort como nuestro Balti, porque están en favor de la libertad de expresión de Valtonyc.
Por cierto, si Calvo llamara a Armengol, también podría preguntarle qué les ha dado a los de Més con los presos políticos que andan otra vez liando para que en nuestro Parlamento se vote no sé qué coño. No tenemos problemas en Baleares como para andar liando con lo de fuera… Tan facha y opresora es España que permite a Bel Busquets ser vicepresidenta del Gobierno balear y cobrar por ello. Joer, la opresión ya no es lo que era. Qué bien se vive oprimido cuando el estado te paga el sueldo.
Permítanme esta semana que no ahonde en la política balear, se me ha acabado el Pato WC y me da pereza ir al supermercado. No quiero despedirme por hoy sin un entrañable recuerdo a José Tojeiro, el hombre que protagonizó lo que posiblemente sea el primer vídeo viral de la televisión española y del que en estos días se han cumplido veinticinco años. Tojeiro falleció en el año 2015, sabedor del impacto de su historia. A José le «echaron droja en el colacao» unas «prespitutas» que actuaron en «compló» para robarle. Si no tienen ni idea de lo que les estoy hablando, recurran a San Google o a su apóstol Youtube. Les podría contar la historia de un payés putero de la Part Forana al que conocí y le sucedió algo parecido. El hombre, ya entrado en años, se había montado un picadero en Palma para llevarse a las lumis que, como a Tojeiro, acabaron limpiándolo porque el tipo se quedó traspuesto, no sabía si por la «droja» o si porque después del fornicio, que a su edad era, más que vicio, proeza sexual, la faltó el riego y le dio un tabardillo. Pero esa es otra historia…
Se la contaré o tal vez aparezca en una grabación de Villarejo, que de «prespitutas» sabe lo suyo.





