En el congreso de elección de Prohens como presidenta del PP Balears, Prohens no fue la protagonista. Desconozco la coordinación entre los conservadores baleares y estatales en cuanto a discursos, pero tanto Pablo Casado como Isabel Díaz Ayuso han conseguido que se hable de todo menos de la proclamación de la campanera como nueva líder de los conservadores en las Islas. Casado sabía que si soflamaba el mantra “en Baleares no se habla catalán” le daría notoriedad, como así fue.
Difícilmente un lego pondría en cuestionamiento la teoría de supercuerdas, diría a un médico si es más conveniente una cirugía invasiva o laparoscópica, o discutiría la reacción peligrosa de los peróxidos inorgánicos; sin embargo sobre la lengua todo el mundo opina y ’todo el mundo’ se cree a quién opina. Ya se sabe, cuando uno estudia bachillerato le preguntan “¿Eres de ciencias o de letras?” entendiendo por ciencias todo lo que abarca el estudio del mundo natural o físico o la tecnología.
Por supuesto que a nivel popular a nadie se le pasa por la cabeza la más mínima posibilidad de que la Filología o el Derecho, por ejemplo, sean una ciencia. Pero si atendemos a la definición de ciencia que hace la RAE como "conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente" sí que han de ser considerados ciencia.
En los estudios de Derecho existe una asignatura llamada Filosofía del Derecho. Cuando yo estudié la licenciatura, el profesor Sebastián Urbina -ahora compañero de columna en mallorcadiario.com- nos explicaba los fundamentos científicos de la disciplina con el objetivo de que aplicáramos el pensamiento científico y nos abstrajéramos de influencias contaminantes. No todos los alumnos le hacían caso.
Con la filología pasa más o menos la misma historia. Incluso los versados en la materia a veces se dejan llevar por planteamientos nada científicos y dan pie a que partidos políticos, asociaciones y ciudadanos en general hagan la interpretación del ámbito de habla de la lengua catalana que más les interesa.
Recuerdo como en primero de BUP en las asignaturas de lengua española y lengua catalana nos explicaban las lenguas habladas en la Península Ibérica. La profesora de lengua española nos decía que el gallego era una lengua y el portugués otra, mientras que la de lengua catalana nos aseguraba que existía una unidad llamada galaico-portugués. Idéntica situación se dio en el caso del catalán-valenciano. Viendo la discordancia entre lo explicado en ambas asignaturas interpelamos a las profesoras y las dos permanecieron inamovibles en su posición. Pongo este ejemplo personal para venir a decir que con este tipo de colaboraciones tan “científicas” políticos como Casado tienen el terreno muy bien abonado.
Por cierto, hice gala de pragmatismo y poca personalidad y escribí una cosa en el examen de español y lo contrario en el de catalán.