Una idea interesante para cambiar Palma: abrir los comercios en verano en un horario diferente, nocturno. Algo que merece una prueba, que es digno de un experimento. ¿Respuesta de nuestros comerciantes? Ya se la imaginan: no abrió prácticamente nadie. Es mucho más fácil pedir una subvención que probar a ver cómo logramos que la gente vuelva al centro a comprar. Los comerciantes de Palma, con muchas excepciones propias de un colectivo amplio, se han convertido en un problema: no innovan, no emprenden, no hacen y sólo se dedican a presionar a los políticos para conseguir que les protejan, que les financien, que les cierren comercios de la competencia, que no vengan de fuera quienes tienen fórmulas mejores. No dejan de quejarse: que si los chinos abren muchas horas, que si los hipers tienen aparcamiento, que si los supermercados compran fuera, que si el Corte Inglés es muy grande, que si Zara tiene locales muy en el centro, que si Lidl usa estanterías baratas, que si Mercadona no ofrece marcas ajenas. ¿Pueden los comerciantes ofrecernos algo original? ¿Quieren abrir más allá del horario de oficina? ¿Quieren aportar algo que sea llamativo? A este paso sólo va a quedar que el ayuntamiento y la conselleria les abran una línea de financiación para sus obituarios.
