Las filtraciones de información sobre casos de corrupción son el pan nuestro de cada día en Baleares, lo que además de entorpecer la investigación provoca juicios paralelos y estigmatiza a las personas que se encuentran imputadas en dichas causas. ¿Quién filtra? ¿Por qué? ¿Quién es el responsable o responsables de esa cascada de informaciones que día sí y día también publica la prensa? El fiscal jefe de Baleares, que lleva años de brazos cruzados y mirando hacia otro lado mientras todo esto ocurre, se ha vuelto a llenar la boca de palabras huecas diciendo que es necesario proteger el derecho a la presunción de inocencia y el secreto de sumario en aras de evitar los irreparables daños que las filtraciones provocan en la imagen de los encausados. Y ya está. Sin sonrojo y con todo el descaro del mundo Tomeu Barceló se atreve a decir que los primeros que sufren por las filtraciones son los propios fiscales. Entonces ¿por qué como jefe de la Fiscalía de Baleares no ordena investigar quién es el que filtra? ¿Por qué permite que se siga entorpeciendo el trabajo de los suyos? ¿Qué interés tiene en que siga habiendo filtraciones, que normalmente van en una sola dirección, y en que siga habiendo juicios paralelos y condenas sociales antes de la judicial?
