El Ib-Salut, condenado a pagar 80.000 euros por una negligencia que provocó cuatro trombosis

Lo que parecía un simple esguince de tobillo terminó convirtiéndose en un calvario médico para una mujer de 40 años en Palma. La paciente acudió el 11 de diciembre de 2021 al Hospital Son Llàtzer tras sufrir una caída que le provocó una torcedura en el tobillo derecho. Allí solo se le colocó un vendaje compresivo para hematomas (tubilast) y se le recomendó reposo, pese a que en su historial constaban factores de riesgo claros. Tomaba anticonceptivos de manera crónica y había pasado por una cirugía previa en la misma pierna.

Según la sentencia, ahora firme, el hospital no prescribió la profilaxis antitrombótica, una medicación específica para prevenir trombos. Algo que debía haberse administrado desde el primer momento según se detalla en el comunicado. Tampoco se hicieron las pruebas necesarias para descartar complicaciones cuando, en las semanas siguientes, la mujer regresó en varias ocasiones a urgencias alertando de que su situación empeoraba visiblemente.

El resultado fue devastador. Al cabo de un mes, lo que en principio era una lesión menor había derivado en cuatro trombosis en la pierna derecha, de las que una se ha convertido en secuela crónica e irreversible.

CONDENA EN FIRME DEL JUZGADO

El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Palma ha condenado a la aseguradora del Ib-Salut, Berkshire Hathaway European Insurance DAC, a pagar 79.706 euros a la paciente, además de intereses legales y costas. La resolución señala que hubo un error inicial en el tratamiento y un diagnóstico tardío, lo que vulneró los estándares médicos exigibles y provocó daños permanentes.

El Ib-Salut defendió en el juicio que la actuación de los profesionales fue la correcta, pero el tribunal ha considerado que el centro no actuó conforme a la lex artis, es decir, a las normas de buena práctica médica.

El caso ha sido defendido por el abogado Víctor Martínez Raso, de R&A Abogados y adscrito a la asociación El Defensor del Paciente, que ha valorado la sentencia como un paso importante "para visibilizar los errores médicos y la necesidad de que los pacientes reclamen cuando se sienten desatendidos".