Un juicio de tantas horas como está siendo el de Can Domenge siempre depara situaciones de más notoriedad mediática que jurídica. En esta ocasión, ha habido pocos momentos de distensión que hayan paliado los de hastío provocados por el cansancio, y de tensión por la dialéctica utilizada.
Al duro enfrentamiento que tuvieron Maria Antònia Munar y Juan Carrau y que ha sido difundido por los medios de comunicación –baste recordar que Carrau pidió a Munar que no se dirigiera a él por su apellido sino como “representante del Ministerio Fiscal”-, se le debe sumar las difícil relaciones mantenidas entre el presidente de la Sala Diego Gómez-Reino con uno de los abogados de Sacresa. La mayoría de preguntas realizadas por el letrado a los testigos no pasaban el filtro de calidad del magistrado y ponente siéndole rechazadas de plano.
Gómez-Reino, quien no le tiene miedo al micro, quiere conducir con mano firme el desarrollo del juicio. Reprendió al testigo Joan Maria Pujals en un momento de su declaración en la que de manera involuntaria dio la espalda al tribunal. Pujals se quedó molesto por su recriminación y dirigió a los periodistas un sonoro “patètic”.
Y ha sido hasta el momento Pujals el único interrogado que ha intentado dirigirse a la sala hablando en catalán, sin embargo, cambió al castellano ante la petición del abogado José Antonio Choclán.
No siempre los acusados son los principales protagonistas en un juicio. Cristobal Martell, el brillante abogado que representa los intereses de Núñez y Navarro en este juicio, saltó a la palestra el jueves al conocerse que es el encargado de defender al imputado Lionel Messi. Incisivo y vehemente en la sala, no quiso pronunciarse fuera de ella sobre su defensa del considerado mejor futbolista del mundo.
Quien debe tener una crisis de identidad en estos momentos es el arquitecto del Consell de Mallorca que realizó la valoración del solar de Can Domenge. Transcurrida la primera mitad del juicio, Mariano Gual de Torrella Le Senne ha sido llamado indistintamente Gual, Gual de Torrella, Gual de Torruella e incluso señor Tortella.