Aquí estoy, sin poder viajar. Como un tonto, recomponiendo una agenda digna para cinco días de puente. Entre otras cosas, me he puesto a leer esto de ‘wikileaks’, que en realidad es como acceder a todo lo que escriben los diplomáticos americanos. (América, ya se sabe, el país más serio, más poderoso, más riguroso, en el que no sería concebible que sus secretos salieran a la luz y que, sin embargo, en una situación totalmente propia de quien está empezando a perder el norte, ha quedado con sus ‘vergüenzas’ al aire.) Entre todos los papeles de ‘wikileaks’ me llamó la atención uno que, como los demás, fue enviado a su país codificado. Es decir: en clave, no sea cosa que pueda llegar a leerlo nadie. No vaya a ser que un espía soviético o incluso del CNI español lo abra y lo descubra. Un mensaje que, con estas medidas de seguridad, imagino, sólo debe haberlo leído la secretaria de Estado, Hillary Clinton. No conozco los detalles, pero sería totalmente verosímil que un funcionario del servicio diplomático, en su despacho diario con Clinton, le dijera “Señora: acaba de llegar este mensaje secreto del embajador nuestro en Madrid”. “Envíelo al departamento de decodificadores”, debió ordenar ella, en respuesta. Supongo que en el sótano del ministerio, tras unas paredes blindadas que impidan que las ondas de los espías puedan acceder, un grupo de hombres de la máxima confianza de Estados Unidos aplica los códigos secretos y descifra el mensaje de Madrid. Como no podía ser de otra manera, una vez descifrado, se debería tener que introducir en una pequeña caja fuerte, absolutamente blindada, que se debería atar al puño del funcionario mediante unas esposas, no sea cosa que pudiera producirse un escape de esta información desde los sótanos hasta el despacho de Hillary. Claro que en todo este proceso nos falta la fotocopia ilegal para ‘wikileaks’, pero eso no está en el guión. El empleado debería subir al despacho de Hillary, vigilado por dos policías y un agente especial de la fiscalía del distrito, y tendría que entrar dejando a sus escoltas en la puerta. Hillary, la única que tiene la llave que abriría entonces la caja, y por fin accedería al gran mensaje secreto que hoy, gracias a las filtraciones de ‘wikileaks’, podemos conocer en detalle. Aunque toda esta escena es sólo muy probable, porque no tenemos certificación de ella, del contenido del mensaje, afortunadamente, tenemos copia. Por lo tanto, sabemos que la comunicación que sólo pueden ver los ojos de Hillary dice: “El candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, es un líder muy mediocre, incapaz de ilusionar”. Auténtico: esto es lo que dice. Algo que no sabía nadie porque los españoles habíamos votado dos veces a Zapatero para que el mundo no supiera que teníamos un líder de primer orden y nos lo robaran. Algo va mal en la diplomacia americana cuando el contenido de sus mensajes secretos dicen estas obviedades.





