Hay días en los que a uno todo le sale mal y no acierta ni siquiera cuando sus intenciones son buenas. Y esto es lo que le ha pasado al president Antich con la carta personalizada que ha remitido a todos los trabajadores de Son Espases. Lo cierto es que en la misiva da las gracias de forma efusiva al personal por el esfuerzo realizado durante el traslado de Son Dureta al nuevo hospital, destaca la profesionalidad de todos los implicados, la calidad humana y el hecho de que su prioridad hayan sido los pacientes. Antich no se queda corto en elogios, todo lo contrario, les asegura que ellos son la clave del éxito del proceso. Entonces, ¿por qué esta carta ha creado malestar entre una parte de la plantilla? Muy sencillo, porque insiste en el hecho de que las Islas disfrutan ya de uno de los mejores hospitales de Europa, cuando los problemas son todavía muy importantes, porque ha elegido papel couché para hacerlo y porque los sobres son de una gran calidad, algo que en estos tiempos que corren los hay que califican como “gasto superfluo”. Y así están las cosas, tan crispadas, que hasta una carta de agradecimiento desata las protestas de los trabajadores, no de todos, claro está, por lo que no estaría de más que tanto Antich como el conseller Thomàs descendiesen a la tierra, asumiesen la realidad y se pusieran manos a la obra, que por mucho que quieran Carretero no es Dios para solucionar todos los problemas que se producen día sí y día también.
