Los diputados y senadores del PSOE protagonizaron este jueves un ejercicio de hipocresía que merece ser conocido por la ciudadanía. En la reunión de la Comisión Mixta sobre Insularidad en el Senado, los representantes del Partido Socialista votaron en contra de iniciativas que su formación dice defender en Baleares, aunque está claro que es sólo en apariencia.
Dicha Comisión Mixta sobre Insularidad aprobó una proposición no de ley presentada por Vox y enmendada por el PP, donde se solicita al Gobierno que actualice y mejore el complemento de insularidad del personal en activo del sector público estatal destinado en Canarias y Baleares. Pero inexplicablemente los socialistas votaron en contra.
Los 21 sindicatos y asociaciones profesionales del ámbito de la Administración General del Estado, Agencia Tributaria, Justicia, Policía Nacional y Guardia Civil, agrupados en la plataforma Insularidad Digna, llevan muchos meses protagonizando diferentes movilizaciones a fin de reclamar la mejora de la indemnización de residencia (más conocida como plus de insularidad) que perciben los trabajadores públicos que prestan servicio en Baleares.
La situación de falta de cobertura de las plantillas es acuciante y gravemente perjudicial para el funcionamiento de los servicios públicos del Estado en Baleares. El coste de la insularidad no está debidamente compensado, el plus que ahora se percibe en claramente insuficiente, más bien ridículo, y hace que Baleares no sea un destino atractivo. Los funcionarios no quieren venir a trabajar aquí y los que lo hacen con carácter forzoso, se marchan a la primera oportunidad que se les presenta. Se conoce el problema, que va cada día a peor, pero desde el Gobierno de España no se pone solución, lo que contribuye a un deterioro todavía mayor.
Lo más sangrante son los argumentos esgrimidos por el diputado socialista Pere Joan Pons, que durante su intervención defendió su voto en contra de la propuesta de Vox porque “ya hay una actualización del complemento”. Y calificó los argumentos de la formación de “sarta de mentiras que hacen reír” y “relato del populismo de tercera división”.
Cuesta entender por qué los mismos parlamentarios que en Baleares defienden una cosa, en Madrid votan en contra de lo que dicen defender. Y mientras tanto, la situación se vuelve calamitosa y dramática, con agentes de las Fuerzas de Seguridad viviendo en sus propios vehículos o en caravanas porque no pueden acceder a una vivienda de alquiler con sus exiguos sueldos.
