El revocatorio de Jhardi

¡Menudo revolcón se ha llevado Aurora Jhardi! La líder de Som Palma, o sea la marca blanca de Podemos, se tiró a la piscina con su caprichosa decisión de quitar las terrazas del Born. Como es natural, sus socios del PSIB y Més la dejaron sola en un asunto que se veía a la legua que era veneno puro. Cargarse negocios que funcionan porque hay una demanda que satisfacer y echar a la calle a los trabajadores que allí se ganan la vida no forma parte del guión de José Hila ni de Toni Noguera, que para eso tienen el culo pelado de estar en política, donde de lo que se trata es de solucionar problemas y no de crearlos.

Si la teniente de alcalde tuviera una milésima parte de la dignidad que su partido exige a los demás, dimitiría hoy mismo. Los ciudadanos le han dado la espalda y se han opuesto a su plan estrella que ha acabado estrellado. ¿No piensa asumir ninguna responsabilidad? Lo más lógico sería que lo hiciera porque del resultado de la consulta se desprende que la ciudadanía no la quiere ni a ella ni a sus ocurrencias y que está muy desconectada de la realidad y de lo que demandan los palmesanos.

Jhardi acaba de sufrir en carne propia uno de esos famosos "revocatorios" que Pablo Iglesias quiere implementar, pero mejor hacerse la sueca y congratularse impostadamente en que se ha hecho lo que querían los ciudadanos. Que es precisamente lo contrario a lo que ella deseaba y puso todo de su parte por hacer. «Tenemos el firme compromiso de que el Born vuelva a ser para los ciudadanos de Palma la próxima temporada. Esto implica que no debería haber terrazas», dijo en el mes de julio pasado. Además, en su sentencia de muerte habló de que había una situación conflictiva que solo ella y muy pocos radicales más percibían, fruto de un sectarismo neocomunista trasnochado y más viejo que la tos.

Y ahora ¿preguntará sobre el futuro de Ses Fontanellas? ¿Preguntará sobre el segundo casino? ¿Preguntará sobre las tarifas de los aparcamientos? ¿Preguntará sobre el defensor del ciudadano? ¿Preguntará sobre el monolito de Sa Faixina? ¿Preguntará sobre el crucifijo en la sala de plenos? Presumo que no, que solo preguntará sobre los grupos que hay que contratar en Sant Sebastià, las terrazas del Born y alguna otra banalidad por el estilo. Pero lo cierto es que la líder de Som Palma ha quedado muy tocada políticamente y mejor sería que se fuera a su casa. La ciudadanía le ha estampado todo un revocatorio inapelable pero le falta la decencia de admitirlo y dimitir.

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