Aceptemos la postura de que es un bien no tener el segundo cinturón de Palma, que tendría que haber unido el este con el oeste de la ciudad en algún trazado paralelo a la actual vía de Cintura. Aceptemos que así nos ahorramos el impacto ambiental de tener esa segunda calzada, aunque ya nos han dicho que un tramo, el que enlaza Alcampo con Son Sardina, sí se tiene que hacer. Ahora bien, lo que no sabíamos es que, porque no existe esa segunda vía, parece que el camí dels Reis estará más cargado de tráfico y por ello, en su cruce con la carretera de Valldemossa, hay que crear una extraña e inusual configuración: una rotonda a nivel, con un paso subterráneo para el camí dels Reis y, mucho más infrecuente, un 'scalextric' que conforma un tercer nivel para la carretera que enlaza Palma con la sierra. La solución, curiosamente, tiene lugar en un entorno donde hay muchísimo espacio libre, sin que al parecer la planificación proverbial del urbanismo mallorquín, haya sido capaz de conseguir fórmulas menos impactantes. Ahora, cuando el puente está casi acabado, a mí se me ocurre proponer una solución para que pase como ecológico, para que tenga menos impacto, para que no nos demos cuenta de que está allí: que lo pinten de verde, tal vez con algunas sombras marrones. A ver si así nos pensamos que es un árbol muy raro, pero un árbol al fin y al cabo, y lo consideramos parte de la estrategia para disimular el hospital.
