Las palabras, en los tiempos que corren, más ocultan que aclaran. Hoy se estila, en el ámbito político, el hablar sin sentido o lo que es lo mismo estamos asistiendo a un tsunami de pseudopalabras, cargadas de impostura que intentan negar la realidad de nuestro actual contexto social. Cuando les falla las estrategias de acción solo queda la negación. Producen mas malentendidos sociales que la danone yogures. Ciertos políticos en el poder y en la oposición, confunden sentido común con pensamiento único de ahí las boutades que día tras día proclaman en los medios. Los que no compartimos su visión de la realidad, los que no pensamos como ellos somos irresponsables y carecemos de sentido común. Solo desde una mentalidad infantil se puede idealizar el sentido común. El sentido común no es nada si no se operativiza adecuadamente y no se adapta a la realidad. No es lo que se dice es lo que se hace. ¿Porque quien define lo que es sentido común y lo que no es? ¿Nos podemos fiar de las palabras de un político actual? ¿Por que se apela al sentido común cuando la incoherencia y la falsedad presiden ciertas conductas? El mono-mantra que se repite cual guión sedante y narcótico es el valor dinero, de tal forma que el discurso económico imperante monopoliza el espacio social, cada vez más inhóspito. No basta con invocar la excepcionalidad del momento económico para dar el tijeretazo y recortes lineales a la sanidad, a la educación y a la dependencia.¿Porque, que ítems definen la excepcionalidad?¿Y porque se acota la excepcionalidad a estos tres ámbitos? y ¿ Porque no aplicar la excepcionalidad a gastos y dispendios de los chiringuitos de los partidos del parlament? .Es obsceno asistir a como los partidos políticos viven como si su reino no fuera de este mundo, conservando privilegios y prebendas a pesar de la dura realidad de muchísimas familias que viven al limite de sus posibilidades. Unos son maestros en la hipocresía, en le impostura y en la sobreactuación.Otros carente de idea propias y de proactividad practican el oposicionismo full time muestra del electroencefalograma plano y la pauperizacion de su discurso.Son unos analfabetos de la necesaria deliberación. Les pedimos un poco de sentido común, toda la responsabilidad, y más dosis de humildad y voluntad. Permítannos que seamos escépticos en cuanto a la confianza. Much@s politic@s me recuerdan al Oozlum incaico. Déjenme que me explique Oozlum era un fabuloso pájaro de leyenda que tenia la característica de volar hacia atrás, la cola hacia la frente y la cabeza en la popa .De este modo nunca sabia hacia donde iba, pero jamás perdía de vista de donde procedía. Era un prodigio de contraintuitividad. ¿Pero a donde nos llevan en su huida hacia delante? Menos mal que los gurus, también llamados asesores a 60.000 al año, es el faro que guía a nuestros políticos. Son las brújulas que marcan el rumbo. La mayoría de seudo líderes políticos que componen la secta política no son nadie si carecen de su gurus simbióticos. De ahí la tribu de asesores que colapsa las administraciones y para los que no hay crisis.. La gurumania esta en alza. El guru traza metas indiscutibles con discutibles rutas. Es impresionante la escenificación gurumana. El guru perdona, falsifica, vende, permite, alaba, hipertrofia y se descuerna escribiendo discursos. Todo con mucho sentido común. ¡Como acompaña un guru en la cueva inhóspita de la soledad del poder! La falta de adecuación de los liderazgos sociales se compensa con la sagaz sabiduría de la tribu de gurus. Un guru no es un embajador de la realidad es un coach de la neuroplasticidad, es un rediseñador de mapas mentales, es el paradigma del sentido común. Todo Sherlock Holmes de la política, perdón por el delirio, necesita una docena de doctores Watson al lado. Ese es el papel del guru. El guru abducce , deduce e induce .Es tan grande la crisis crítica en la que estamos que hasta los gurus los tienen por corbata. La incertidumbre atenaza a los políticos, no les acojona la crisis, ni el súper mogollón de parados, ni el exterminio de los paramecios en el litoral mediterráneo, su gran temor es el burnout de sus gurus. Son adictos a la gurumania. Lo que mas desgasta a un político no es estar en la oposición es tener un gabinete gurumano liliputiense. El sentido común no compensa de la carencia de los otros sentidos y desde luego no sirva para nada, lo diga el guru que lo diga, si los políticos siguen estando sordos y ciegos a la realidad social. Aunque, teniendo en cuenta lo que dicen ojala se quedaran un rato mudos.





