Según un estudio publicado estos días en Reino Unido y que fácilmente se puede extrapolar a España cuatro de cada diez homosexuales tienen relaciones sexuales sin tomar precauciones. Eso significa que tantos años de campañas informativas y de prevención no están sirviendo demasiado para que el contagio de VIH y otras infecciones de transmisión sexual sean motivo de preocupación para hombres que tienen sexo con otros hombres.
En España la relajación en el uso del condón llega a extremos alarmantes. Además el abuso de drogas y alcohol traen consigo nuevos contagios de VIH además de que crezcan a lo bestia las infecciones por sífilis, gonorreas varias y clamidias entre otras. Estar metido de lleno en el Orgullo, en el Circuit o en un cuarto oscuro de cualquier bar colocado de GHB hasta arriba o con un cogorzón de escándalo hace que en lo último que se piense sea en ponerse un condón para rematar el calentón. Las drogas legales o ilegales son lo peor para tener una vida sexual saludable.
Un seropositivo bajo tratamiento con una carga viral indetectable es casi imposible que contagie la enfermedad. El problema más grave es que hay un 30% de infectados que no son conscientes de su estado serológico y que practican sexo sin protección y lo pueden contagiar fácilmente. Por esta razón cualquier hombre que tenga sexo sin protección debería hacerse las pruebas de VIH para evitar contagiarlo y sobretodo para evitar desarrollar el SIDA en su propio cuerpo. La ignorancia no es un método de prevención y ni mucho menos lo es la confianza.
Muchos turistas vienen a España con la idea de que aquí tenemos sexo a lo loco y de que las infecciones campan a sus anchas entre los gays patrios. Después de tantos años está claro que la solución no es fácil y que por más campañas informativas que se hagan finalmente un gran número de hombres que tienen sexo con otros hombres acabarán haciéndolo a pelo sin importarles las consecuencias.
La única esperanza ahora mismo es la reciente aprobación de la terapia PrEP por parte de la Unión Europea y que consiste en que los hombres que sepan que van a tener relaciones de riesgo tomen previamente una dosis de Truvada que es un farmaco que toman los seropositivos para mantener a raya al virus. Está probado que las personas que toman previamente este medicamento difícilmente se contagian de VIH lo que no impide que se pueda coger cualquier otra infección. Las farmaceúticas por supuesto que están encantadas con este nuevo enfoque y ya ven negocio donde otros sólo vemos sexo, sexo y más sexo
