Más allá de ahorrarnos el esfuerzo de subir o bajar escaleras,los ascensores siempre han dado mucho juego. Sus reducidas dimensiones han servido al cine y a las series para situar en ellos mil escenas románticas o intrigantes, y en el día a día nos proporciona un espacio de confidencias y encuentros imprevistos, ser testigos de situaciones comprometidas, divertidas o hasta surrealistas, a veces incluso conocemos en este corto trayecto intimidades de nuestros vecinos.
Ahora acabo de enterarme que sirven para algo más. Para dar nombre a una estrategia comunicativa que hace referencia a lo que alguien puede contar en el breve intervalo de tiempo que dura la conversación ocasional dentro de un ascensor. Los americanos llaman a ese recurso discursivo un Elevator pitch, en español lo traduciríamos como el discurso del ascensor.
Un Elevator pitch consiste en una porción de información oral que llevas preparada de antemano para ser capaz de presentar tu propio perfil o el de tu empresa, o un producto, proyecto o servicio, o cualquier otra cosa que tengas interés en transmitir con precisión. No es más que una pequeña pieza discursiva que ha sido previamente pensada, organizada e incluso ensayada, y que minimiza el riesgo de que nos aturullemos cuando tengamos un margen escasísimo de tiempo para contar algo con convicción y eficacia. ¿Cuál es su duración? Entre treinta segundos y dos minutos. ¿Cuándo se usa? En mil ocasiones: cuando estas haciendo networking y tienes que explicar a qué te dedicas , cuando tienes que promocionar algo en lo que estás trabajando, cuando te enfrentas a una entrevista o cuando tienes un interés en que se sepa algo específico de ti. ¿Cuál es su tono? Convincente,claro, directo y no exento de una pizca de apasionamiento. ¿Y su objetivo? Captar la atención.
A los españoles, tan aficionados como somos a las conversaciones interminables, a irnos por los cerros de Úbeda y a la más temeraria improvisación, nos cuesta un esfuerzo inmenso proporcionar información sintetizada y bien estructurada.
Y eso que las redes sociales nos exigen cada vez más una mayor concisión en el uso del lenguaje. Pero cuando llegamos a lo verbal, ahí entramos en terrenos pantanosos.
Estoy encantada de haber descubierto este asunto del ascensor, tan simple y tan resolutivo, y por eso quería compartirlo, porque creo que es aplicable a mil situaciones y contextos. Porque creo que nos puede ser tremendamente útil en un montón de facetas y momentos.
Ojalá siempre tuviéramos tiempo para contar nuestras cosas sin prisas, relajadamente tomando un café. Pero la vida nos impone otro ritmo. Y tener un Elevator Piitch bien preparado de antemano puede ayudarnos a que no se nos escape más de un tren.
Sandra Horrach
sígueme en www.aleysalook.com