Consumo y venta de alcohol en la calle, peleas, ruidos, robos, prostitución, venta ambulante... Vecinos y empresarios, desde los hoteleros hasta las salas de fiesta, exigen al Ajuntament de Palma una acción contudente en la Playa de Palma de cara al inicio de la temporada. A través de una entrevista con este digital, el presidente de patronal de las salas de fiesta, Jesús Sánchez, ha exigido resultados y que Cort deje de perder más tiempo.
Tras 30 años en el negocio, los argumentos de Sánchez son muy sencillos: que se desplacen más efectivos policiales a una zona que pasa de 30.000 residentes en invierno a 100.000 usuarios en verano y que el ayuntamiento no malgaste más tiempo en elaborar una nueva ordenanza. Para el presidente de las salas de fiestas y discotecas, más legislación supone un esfuerzo inútil cuando está demostrado que la normativa actual, suficiente para atajar muchos de los problemas de la zona, no se aplica.
Es un problema en el que todos los sectores implicados deben de hacer autocrítica y trabajar de forma coordinada para conseguir resultados. No sirve que los hoteleros señalen a determinados locales de gran afluencia de turistas como los responsables de las borracheras y las peleas, de la misma manera que tampoco lo son los hoteleros que aplican el todo incluido en sus establecimientos. La pugna sólo beneficia a las redes de pequeña delincuencia y de venta ilegal que seguirán haciendo negocio mientras empresarios y vecinos debaten cuál es la mejor fórmula para salvar el problema y Cort mira hacia otro lado.
En Playa de Palma hacen falta más policías y, si después hay que modificar normativas, que se modifiquen; pero empecemos por lo que parece más obvio.