La torpeza política del Partido Popular, que no parece tener límites, es algo solamente comparable a la capacidad de aguante de los ciudadanos ante tanto escándalo e incapacidad de sus gobernantes.
En este caso me tengo que referir a la “abortada” reforma de la Ley del Aborto, que el Partido Popular incluyó en su programa electoral y que, de momento, se ha cobrado una víctima política de tanto calado como Alberto Ruiz Gallardón, que salió vivito y coleando después de dejar Madrid en obras…
Pero, ¿cómo se explica este repentino frenazo del gobierno de Rajoy a la Ley del Aborto? Difícilmente, la verdad, a menos que el comité de “sabios” que rodea a Rajoy se esté dejando coleta y lea libros sobre Simón Bolívar, porque no tiene muchas explicaciones.
Por medio de la fallida reforma de la Ley del Aborto, el Partido Popular ha logrado algo que en España es enormemente difícil: cabrear a todo el mundo, pues normalmente solo se cabrea un porcentaje de la población. Me explico. Durante años, el Partido Popular ha tenido que aguantar la sempiterna crítica de feministas (top less en el congreso incluido, que no parece muy necesario para defender a las mujeres) progresistas, rivales políticos y clínicas abortistas (éstos últimos qué iban a decir, claro) por su decisión de reformar la Ley del Aborto.
Sin embargo, al desistir de su intención de reformar la Ley del Aborto, el gobierno ha conseguido enfadar también a los votantes que depositaron su confianza en ellos por la promesa de modificar la Ley del Aborto y que, durante años, han luchado por su aprobación.
En mi opinión, ya que el PP no parece guiarse por unos principios éticos definidos, al gobierno no le hubiera supuesto ningún coste electoral la reforma de la Ley del Aborto. Quienes les votaron lo hicieron conociendo que la iban a llevar a cabo y no les iban a penalizar por hacerlo, sino que, muy al contrario, van a censurar electoralmente que no lo hayan hecho.
Además, y desde un punto de vista meramente pragmático, el Partido Popular ha dado la razón a todos aquellos que criticaban la reforma de la Ley del Aborto, que por cierto no les van a votar a pesar de haber dado marcha atrás en su decisión.
Es decir, que el Partido Popular ha hecho enfadar a sus votantes y ha dado la razón a sus contrarios. Su decisión le ha costado una cantidad de votos que en ningún caso va a recuperar. Una estrategia, sin duda, excepcional (para sus adversarios, claro)
Por otra parte, también he leído en algún sitio que el Partido Popular ha decidido congelar los sueldos públicos a partir del año que viene. Ahí, Mariano, ganando votos.
Parece mentira. Ni aprenden ni parecen querer hacerlo.