Los rusos están de moda en Balears. El president Bauzá se ha ido a Moscú para potenciar un mercado turístico emisor al alza. Pero junto a esta sana y esperanzadora llegada de visitantes, cada vez nutrida, hay aspectos que mueven a la preocupación. La mafia rusa se muestra activa. El lavado de dinero negro de estas organizaciones preocupa al conjunto de la sociedad. Y junto a esta delincuencia de alto standing, también se producen delitos protagonizados por rusos de más baja entidad pero que mueven a la preocupación. Dos ciudadanos rusos han sido detenidos recientemente por hurtar un velero en la Bahía de Pollença. Es un signo más de que Balears comienza a ser vista por personas de esta nacionalidad como un lugar apropiado para vulnerar la ley.
Rusia tiene una trayectoria democrática muy corta. De hecho, incluso hay analistas que consideran que el régimen de Vladimir Putin no es estrictamente una democracia. Las relaciones del poder con la oposición son a menudo en aquellas tierras de una tensión impropia de un régimen parlamentario. Es en este contexto de tanta tensión interna que se produce la llegada de residentes rusos a Balears, tal vez teniendo una visión como mínimo relajada de lo que significa el cumplimento de la legalidad.
No obstante, mejor mirar la luz que las sombras. Es muy importante la llegada de turistas rusos que desean pasar su período vacacional entre nosotros. son buenos clientes. Aprecian muchísimo el encanto mediterráneo y van creciendo en número. Este es el mejor tipo de relaciones con los rusos que cabe esperar y fomentar. Han de ver a Balears como un lugar de categoría al que amar y respetar, no como a un refugio de grupos que tal vez busquen aquí impunidad.





