En la película El Capital, de Costa-Gavras, el protagonista dice que es la coyuntura la encargada de dirigir la economía mundial. La coyuntura marca las pautas y el Robin Hood de los ricos, encarnado en la figura de los banqueros, siempre roba a los pobres para dárselo a los ricos. Todo siempre puede estallar. El Papa Francisco defiende la laicidad del Estado y predica a favor de una iglesia sobria y de sus representantes. Éstos deben creer en el valor de la pobreza y predicar con su ejemplo. Los cimientos vaticanos tiemblan. Según Susan George, presidenta honorífica de Attac, y experta en economía, la austeridad no es el camino para lograr salir de la crisis, ya que el 1% del 1% se encarga de decidir cuál es el camino. La coyuntura, también. O el grupo de Davos. Con esta austeridad, sigue George, retrocedemos 50 años. Sufren hachazos los logros sociales, la cultura, la sanidad, la educación. Sólo se rescata a la banca. Algo se mueve. A veces el verano y sus altas temperaturas, igual que las vacaciones, también tienen estas cosas. Lees, ves cine y entre tanta desazón, aún confías en que algo va a cambiar.





