De héroe a villano. Un joven argelino pasó de fingir ayudar a un anciano a pegarle en la cabeza para robarle la cartera. Los hechos ocurrieron el pasado sábado por la mañana, en el barrio palmesano de La Soledat.
Una llamada al 091 alertó a los servicios de emergencia. Un anciano sangraba en la vía pública tras sufrir un asalto violento. Varias patrullas de Policía Nacional acudieron al lugar y encontraron a un grupo de personas asistiendo al hombre herido, que presentaba una herida sangrante en la parte posterior de la cabeza y se encontraba semiinconsciente.
ACABABA DE SACAR DINERO DE UN CAJERO
Los agentes solicitaron una ambulancia, que trasladó a la víctima al hospital. Una vez estabilizado, el hombre relató que había retirado 500 euros de un cajero automático y que, al empezar a sentirse mal mientras conducía, detuvo su vehículo. En ese momento, dos jóvenes se le acercaron. Uno se marchó, mientras que el otro se ofreció a aparcar el coche por él.
El anciano, aún mareado, aceptó la ayuda. Se subió al asiento del copiloto mientras el joven aparcaba el coche unos metros más adelante. Al bajarse del vehículo, el supuesto ayudante le propinó un fuerte golpe en la cabeza, lo hizo caer al suelo y le arrebató la cartera, que contenía los 500 euros recién sacados.
ACABÓ DESPLOMÁNDOSE
Varios testigos vieron al agresor bajar del coche y, poco después, observaron al anciano tambalearse y desplomarse. El atacante se marchó rápidamente del lugar. Los agentes peinaron la zona y localizaron a un joven que coincidía con las descripciones aportadas. Llevaba una cartera igual a la de la víctima y reconoció haber "ayudado" a una persona a aparcar.
La Policía ha confirmado que el detenido carece de carné de conducir, por lo que le atribuyen también un delito contra la seguridad vial. Además, recuperaron la cartera y la devolvieron al anciano, que permanece ingresado.
ANTECEDENTES
El arrestado acumula antecedentes policiales y ya ha pasado a disposición judicial. La Policía Nacional insiste en la necesidad de no confiar en desconocidos, especialmente en situaciones de vulnerabilidad como la que sufrió la víctima.